Lectura
:Mt. 22: 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.Verdad central
:La perfecta voluntad de Dios en estos mandamientos, solamente en Cristo la alcanzamos.Introducción
:La perfecta voluntad de Dios fue revelada al pueblo de Israel por medio de diez mandamientos y Jesucristo los resume en estos dos grandes mandamientos, donde Dios nos manda a amarle con todo nuestro corazón, y con toda nuestra alma y nuestra mente y también amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.Cuerpo o meditación
:Nuestro Señor Jesucristo fue enviado a la tierra para que por medio de su sacrificio, su pueblo tanto de Israel como de las otras naciones gentiles, fuesen liberados de la maldición a causa de no cumplir la ley de los diez mandamientos y no poder justificarse por sí solo delante de Dios (Galatas 3:10-11); ya que el hombre en su imperfección es incapaz de hacer la voluntad de Dios por sí mismo y aunque cumpliese estos mandamientos, pero fallara en un punto, ejemplo: mentir o tener un mal pensamiento, se hace culpable de todos los mandamientos de Dios (Santiago 2:10). Este regalo glorioso y Único de Dios para los hombres, que es Jesucristo, nos ha liberado de esta maldición, al recibirlo en nuestros corazones por medio de la fe, por cuanto Jesucristo fue el Único que cumplió perfectamente estos mandamientos alcanzando la justicia de Dios para su pueblo y es así que hemos sido hechos justos. La palabra de Dios nos dice "el justo por la fe vivirá " (Romanos 1: 17; Galatas 3: 11; Hebreos 10: 38).LLamado al no convertido
:Jesús está a las puertas de tu corazón y te invita a que creas en Él y lo recibas para ser justificado y no sufrir la ira de Dios, que será la condenación eterna para tu alma y espíritu; y con el poder del Espíritu Santo podrás hacer la voluntad de Dios, que está resumida en estos dos grandes mandamientos, recibiendo aquí en la tierra recompensas y bendiciones como también mayormente en los cielos.LLamado al cristiano
:Y nosotros que ya hemos sido justificados por medio de la fe, sigamos fructificando en buenas obras para que nuestra fe sea verdadera, viva y no muerta, por cuanto la fe sin obras es muerta (Santiago 2: 26). Así amados hermanos sigamos dando testimonio que somos salvos, por fe, y que vamos a tan grande salvación presentando obras de justicia ante Dios y ante los hombres.